jueves, 25 de octubre de 2012


                        El Lado Bueno y Lado Malo De Los Videojuegos.
Una de las preocupaciones que más interrogantes tiene los padres de hoy es que sus hijos de más de 9 años pasan largas horas expuestos a las pantallas (computadoras, TV, videojuegos y celulares) a la llamada era tecnológica.
Recientes encuestas afirman que los chicos ven tres horas la televisión, dos escuchando música, una hora como mínimo en la computadora o celular para comunicarse con sus amigos y lo que resta en los videojuegos haciendo un total de seis horas al día.
La pregunta dice un padre de familia:
¿Hasta dónde debemos poner límites o no poner?
En seguida hay unas conclusiones hechas por especialistas.
Verdades:

  • Los niños y adolescentes urbanos —del sexo masculino o del femenino— son los principales consumidores de todo tipo de tecnología digital (telefonía celular, Internet, correos electrónicos, videojuegos…).
Es verdad. Sin duda, a medida que avanza la tecnología de los aparatos, esos muchachos la adoptan sin demoras ni resistencias.





  • Un estudio reciente sobre adolescentes y tecnología, realizado por Pew Internet and American Life Project, determinó que en la actualidad dos de cada tres muchachos estadounidenses urbanos se conectan diariamente a Internet o usan un aparato digital.
  • En 2000, la cifra llegaba sólo a 43%. La investigación arrojó otro dato relevante: casi 91% de ellos es aficionado al menos a un tipo de videojuegos; cuando hace siete años era 52%.
  • Entre los adultos —padres, pedagogo, psicólogos  sociólogos…— no existe una sola opinión sobre lo digital y, en especial, sobre los videojuegos. Al contrario, hay grandes divergencias.
  • Es verdad. Las reacciones de los adultos ante los adelantos digitales llegan a los extremos. Por una parte están las de rechazo casi absoluto por los riesgos que los muchachos corren al utilizar esas tecnologías; por otra, las manifestaciones de plena aceptación por los beneficios que favorecen la coordinación manual y la agilidad mental que se crean y desarrollan.
  • A la mitad de camino, están quienes opinan que las tecnologías no son buenas ni malas; que se puede hacer un uso bueno o un uso malo de ellas y que, en todo caso, lo que hay que evitar es el abuso.

  1. Los psicólogos no se han puesto de acuerdo sobre los efectos que los juegos de vídeo violentos tienen en los jóvenes.
  2. Es verdad. Unos aseguran que los videojuegos agresivos estimulan la conducta violenta, que los muchachos los imitarán o aprenderán lo que ven en la pantalla.
  3. En directa contradicción, están los que afirman que los videojuegos agresivos tienen un efecto de relax, al canalizar la furia latente, lo que puede resultar positivo para la conducta del usuario.
Los videojuegos favorecen las prácticas consumistas.
Es verdad. Las y los adolescentes son mirados por las empresas como potenciales clientes. Pese a que su disponibilidad de dinero es limitada, pueden influir en las decisiones de compra en el hogar.
Por lo general, los padres atienden las peticiones de los jóvenes a la hora de realizar las compras, mientras que los fabricantes ponen especial cuidado en sacar al mercado un mayor número de novedades y, además, recurren a la televisión, los teléfonos celulares, las páginas web, los correos electrónicos… para promocionar sus productos.
Existe la posibilidad de que aparezcan comportamientos adictivos que pueden trastornar el desarrollo personal y social de los chicos.
Es verdad. Varias encuestas psicológicas efectuadas a jóvenes que acuden a videojuegos públicos han señalado que alrededor de 14% del universo de videojugadores encuestados presenta el trastorno denominado “juego patológico”.

  • Las manifestaciones más notables son: a) Preocupación y excitación por el juego —al revivir experiencias o planear el próximo—. b) Impulso a continuar, a pesar de los esfuerzos por dejarlo. c) Inquietud o irritabilidad cuando se intenta suspender el juego. d) Mecanismo inconsciente para escapar de sus problemas o evitar emociones desagradables. e) Tendencia a ocultar el grado de implicación en el juego manifestada en mentiras sobre el tiempo dedicado. f) Solicitud continua de dinero o, incluso, pequeños robos para gastarlo en las ‘maquinitas’. g) Pérdidas importantes (un trabajo, una oportunidad educativa o profesional.
Mentiras
Al ser virtuales, los videojuegos alejan a los muchachos de la realidad.
Es mentira. En la actualidad, el concepto “virtual” se utiliza casi como sinónimo de digital, informático o intangible. No se toca, pero existe. Más bien, se trata de una simulación de la realidad que reproduce circunstancias, situaciones y problemas de la vida real que desencadenan procesos de pensamiento, de toma de decisiones y hasta la creatividad.
Los videojuegos crean adicción.
Es mentira. Las adicciones corresponden a formas de personalidad que se manifiestan en uno u otro sentido. Se relacionan con comportamientos compulsivos, no con consumo. El propio medio difícilmente genera adicción en sí mismo.
Los videojuegos propician el aislamiento, la soledad.
Es mentira. Todos los estudios al respecto coinciden en que los muchachos prefieren jugar en compañía que solos. ¿Por qué lo hacen solos?
En la mayoría de los casos porque lo están en sus casas; si tuvieran con quien jugar no lo harían en soledad.
Sin embargo, no hay que desconocer que hay chicos compulsivos que prefieren gastar su tiempo completo encerrados en sus cuartos con un juego electrónico que salir y practicar algún deporte, socializar o estudiar.
En estos casos, se trata de un asunto más relacionado con la personalidad que con las características de las consolas.
Los videojuegos propician la violencia en los muchachos.
Es mentira. No todos se centran en la violencia; hay muchos que fomentan otras actitudes y comportamientos. Por otra parte, no hay que olvidar que los videojuegos son productos culturales de una sociedad hiper violenta y que tiene una preferencia muy marcada por las armas.
Los videojuegos atrofian las capacidades de los muchachos.
Es mentira. Hay muchos estudios que prueban lo contrario. a) La estimulación visual y auditiva de los videojuegos desarrollan en el joven la capacidad de resolver de diferentes niveles de problemas y dificultades, con lo cual se obtiene el dominio de habilidades y destrezas en el área de la tecnología. b) La capacidad para asimilar y comprender símbolos aumenta, ya que mediante estos juegos, puede analizar experiencias conscientes, planear, imaginar y actuar de manera previsora. c) El jugador obtiene la capacidad de autorregularse de tal manera que puede manejar, asimilar y organizar su entorno. Y así, puede establecer límites a sus acciones reales.
Consejos

  • La señal de alarma debe saltar en los padres cuando hay un cambio brusco y significativo en la trayectoria vital o escolar del muchacho como consecuencia de la aparición de los videojuegos.

  1. Sobre todo, es necesario tomar providencias urgentes ante problemas de obesidad por falta de ejercicio, mal desempeño estudiantil por la distracción y aislamiento. En estas condiciones, lo recomendable es inducir al muchacho a que practique con regularidad un deporte o una actividad física (baile, aeróbicos, excursiones a pie…) y se interrelacione con muchachos (hombres y mujeres) de su edad.
  2. Para no caer en el consumismo, es preferible rentar los videojuegos que comprarlos. Según estudios especializados, se ha llegado a la conclusión que cada novedad deja de interesar al muchacho en la medida en que los domina y, que logrado esto, busca otros que ofrezca situaciones muy diferentes.
Son muy recomendables los que desarrollan las aptitudes físicas, intelectuales o culturales. Hay que informarse al respecto.
Practicarlos debe considerarse como una actividad más en la vida del niño.
Es un tipo de entretenimiento que siempre va a estar presente, al igual que ha pasado con la televisión.
Lo mejor es intentar conocerlo sabiendo que lo único que consigue la oposición radical es reforzar el interés del niño. Tarde o temprano todos los muchachos acaban interesándose durante una época por él.
Es muy recomendable inducir al muchacho a que participe en torneos de habilidad en el manejo de ciertos videojuegos.
Muchas instituciones organizan concursos de “deportes electrónicos” en los que se ponen a prueba los conocimientos, las habilidades y destrezas de los concursantes. Por supuesto, se rompe el aislamiento.